13 Oct
13Oct

En la mañana del jueves, hemos cambiado el tradicional taller por una actividad que nos ha ayudado a apreciar otras formas de sentir en el entorno. Nos dividimos en 5 grupos y cada uno de ellos exploraría el entorno utilizando un sentido diferente: vista, oído, gusto, tacto y olfato.

El grupo de tacto tuvo que atarse con una cuerda conjunta y velar por el cuidado del otro con un antifaz en su cara que impedía cualquier visibilidad. De esta guisa, caminaron por parte de Granadilla palpando paredes, tropezando por el empedrado y sintiendo las texturas de tan variados materiales. Fuera de la localidad, tuvieron que mantener la fila a ciegas para no despeñarse, y pudieron apreciar las diferentes texturas pétreas de la muralla, los diferentes árboles, y por supusto, picarse con cardos y ramas. Para rematar, realizaron unas cuantas carreras a ciegas. La experiencia fue muy satisfactoria, a la par que formativa, pues no sólo se aprecian sentidos particulares, sino que empatizas con aquellas personas que desgraciadamente, han perdido capacidades en alguno de ellos.

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